El vértigo nunca fue un problema para mí,
de hecho siempre me habían gustado las alturas.
Un día de pronto, estaba a una altura considerable
y comencé a marearme...¡qué extraño! pensé.
Desde ese día poco a poco esos mareos
se fueron convirtiéndo en vértigo absoluto.
Pensando y pensado, descubrí que cuando era pequeña
pensaba que se podía saltar o caer al vacío sin que te ocurriera nada,
pero en el momento que descubrí que las redes
sólo existían en los circos, el miedo comenzó a apoderarse de mí.
Después de muchos años, me siguen dando vértigo las alturas
pero hoy por hoy tengo claro, que si salto no quiero red,
si me estrello que sea a lo bestia y si no me estrello, pues también.
Quien no tiene conciencia o no conoce el peligro tampoco tiene miedo. El vértigo es tu salvación.
ResponderEliminarCoincido que lo que se hace debe ser a conciencia... Asumiendo todo lo que puede venir, así que , a veces bendito vértigo.... Besotes!!!
ResponderEliminarYo desde pequeñito tengo vértigo. Será que mi sentido del equilibrio es nefasto...
ResponderEliminarDa muy mal rollo :S
Suerte con esas caídas ;D
besos