"Que no haya pasión que no valga el mal que cien años dura"

El vértigo del saber

El vértigo nunca fue un problema para mí,
de hecho siempre me habían gustado las alturas.
Un día de pronto, estaba a una altura considerable

y comencé a marearme...¡qué extraño! pensé.
Desde ese día poco a poco esos mareos
se fueron convirtiéndo en vértigo absoluto.

Pensando y pensado, descubrí que cuando era pequeña
pensaba que se podía saltar o caer al vacío sin que te ocurriera nada,
pero en el momento que descubrí que las redes
sólo existían en los circos, el miedo comenzó a apoderarse de mí.

Después de muchos años, me siguen dando vértigo las alturas
pero hoy por hoy tengo claro, que si salto no quiero red,
si me estrello que sea a lo bestia y si no me estrello, pues también.

3 comentarios:

  1. Quien no tiene conciencia o no conoce el peligro tampoco tiene miedo. El vértigo es tu salvación.

    ResponderEliminar
  2. Coincido que lo que se hace debe ser a conciencia... Asumiendo todo lo que puede venir, así que , a veces bendito vértigo.... Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Yo desde pequeñito tengo vértigo. Será que mi sentido del equilibrio es nefasto...
    Da muy mal rollo :S

    Suerte con esas caídas ;D

    besos

    ResponderEliminar