"Que no haya pasión que no valga el mal que cien años dura"

No me sueltes








¡No me sueltes!! Te gritaba mientras tú no me oías, no me escuchabas...




Comencé a sostenerme y tú me sostenías a mí, te sujeté con tanta fuerza que no noté cuando me soltaste, aún en el suelo seguí sujetándote, sosteniéndote...cuando ya no había nada que me sostuviera a mí, ni tú...ni yo, todas mis fuerzas estaban puestas en ti y las tuyas...también.




Aún así seguí y seguí, por todo lo que había y todo lo que creía...y esperé, y esperé, y esperé...dejando todo, absolutamente todo atrás, porque en el momento en el que apareciste supe que eras tú...y claro eras tú, para ti y para mí.




Sólo yo, decepción tras decepción, espera tras espera, seguía y seguía...hasta que llegó un día en el que te necesité por encima de todo y me sentí tan sola, tan sola...que descubrí que tú me habías soltado hacía mucho tiempo porque necesitabas sostenerte tú, ni siquiera tengo claro que me sujetaras alguna vez...y entonces exploté no siendo yo, no tenía otro modo de poder sepárame de ti, de llegar a entender por qué me sentía así y todo empezó a tener sentido.




En casi todo este año sólo yo creí en esto, tú ahora después de tu "decepción" también dices que creías, que hacías, que dabas...pero ¿de qué vale creer, hacer, dar...si nadie más lo ve ni lo siente?? yo sé cómo me sentía, yo sé que no me diste nada y que nunca fui causa ni motivo de nada, tú con tus palabras me lo dijiste una vez tras otra, y tú fuiste causa y motivo de todo, te di todo pero tú no querías nada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario