Y entonces, ¿qué te sostiene, cuando no hay nada en lo que sostenerse?
La esperanza, que como dice el refrán, es lo último que se pierde
Pero a veces cuesta ¿no?
Cierto, la cuestión está en que esa cuesta no dure demasiado,
sino al final sería un lastre más que soltar
(si la sueltas, acaba la partida)