Y sigo inmersa en esta partida de ajedrez, en la que sólo muevo yo, donde el jaque fue la última jugada, intento mover pieza y no puedo, me siento presa de un jaquemate mental que no me deja ver el movimiento perfecto, el único posible. (Ayúdame, ya no me quedan más palabras)Tú, por supuesto, sigues evitando jugar para no perder, y yo, aún haciendo todas las trampas posibles, no logro ganar.¡Qué disparate de partida de ajedrez, con una parte...adicta al jaquemate!